Ni ella ni yo pensamos disculparnos por nuestras palabras. No se disculpa el sol aunque queme ni la luna aunque en ocasiones aterre. Yo amo, todo aquello que pueda ser amable, y como me rehúso a esconderme, he aquí mi escape.

30 nov 2011

Dilucidando...

Cuando somos pequeños nos morimos de ganas por crecer, por conocer, por experimentar ese mundo de maravillas y permisos que tanto nos son restregados en la cara; nos empeñamos en dejar atrás nuestras etapas y lo único que deseamos es vernos dentro de varios años llevando esa maravillosa vida.
Cuando eramos pequeños cosas como la navidad y los regalos tenían un significado, eran parte de algo más grande y las esperábamos con ansias durante un año, todo para disfrutar de unas horas y una pequeña cena con gente que realmente nunca llegó a conocernos, que nunca lo harán, y que hallan cierto placer, quizá morboso, que no llegamos a comprender del todo, en hacernos sentir mal, en despreciarnos y en ridiculizarnos al extremo porque no somos tal y como desean.
Cuando eramos más pequeños palabras como amigos y familia eran cosas que, se suponía, tenían significado; añorábamos tanto conocer ese sentimiento tan sobre valorado que llaman amor, que incluso lo convertíamos en parte de nuestros juegos.
Cuando eramos pequeños creíamos en la inocencia, en la amistad, en el amor eterno, en los cuentos de hadas y en los finales felices.
Ya no soy pequeña, he dejado de desear y de soñar con dejar atrás esos momentos de descontrol, de felicidad, cuando mojarse bajo la lluvia era uno de los placeres de la vida, cuando el chocolate no era solo un manjar sino el mismísimo cielo.
He dejado de creer en el significado de regalos y reuniones donde finges que todo va bien, donde nadie te conoce pero todos creen saber cómo debes vivir tu vida, he dejado de esperar en vano a que aparezca un anciano vestido de rojo por la ventana y que con solo escribirle una carta las cosas vuelvan a ser como eran, que la vida vuelva a valer la pena.
He dejado de creer en el significado de las palabras "para siempre" y "eternamente" y las he reemplazado por "por ahora" y "mientras algo más ocurre", perdí la inocencia que solía atesorar tan fervientemente y deje de preocuparme por la presencia de algunas personas en mi vida porque, sencillamente, no vale la pena obligarles.
Descubrí que no soy capaz de llorar por la pérdida de aquellos que se suponía se quedarían, y sin embargo, no se cómo lidiar con la pérdida de algunas otras personas.
En algún punto del largo camino dejé de creer en mi misma y empecé a creer en lo que ellos decían, y en algún momento simplemente dejo de importarme si tenían o no razón.
En algún momento dejé de pensar en esa pequeña que creía en lo fantástico y que era deslumbrada por el simple vuelo de una mariposa, no me malentiendan, aun existe, simplemente yo ya no creo en ella.
En algún punto del camino simplemente me convertí en una sombra y ahora no se como deshacerme de ella sin lastimar a mucha, muchísima gente que cree conocerme.
En algún punto del camino esta época maravillosa dejó de importarme y esta es mi forma de reconocer que no me inspira ni siquiera emoción, ni excitación, y que solo quiero que acabe y que el tiempo pase.

1 comentario:

Deja que tus gritos también sean llevados por el viento.